En el corazón de Caracas, una red de voluntariado universitario se ha desplegado para abrazar a quienes más lo necesitan. La Facultad de Humanidades y Ciencias, a través de la Escuela de Psicología de la UCV, junto al equipo del CECCA, han dado vida a un programa de acompañamiento psicosocial enfocado en mujeres y niñas en situación de riesgo social. Desde atención especializada en violencia de género hasta sesiones terapéuticas, este esfuerzo marca un antes y un después en la reconstrucción emocional de muchas familias.
Simultáneamente, el Instituto Universitario de Mercadotecnia (ISUM) ha sumado esperanza a través del programa Refuerzo Pedagógico Aprende 360, que beneficia a 25 niños y niñas de Propatria. El aprendizaje aquí va más allá de los libros: se cultiva confianza, curiosidad y comunidad.
Además, los Promotores de Salud en Educación Sexual (PSES), jóvenes formados en primeros auxilios y sensibilización comunitaria, han comenzado a integrar jornadas de salud y bienestar en zonas de alta vulnerabilidad. Su labor es ejemplo de cómo la juventud puede guiar el cambio con conocimiento y compromiso.
Este conjunto de iniciativas demuestra que el voluntariado universitario no solo forma profesionales: moldea ciudadanos empáticos, fortalece comunidades y enciende posibilidades donde antes sólo había carencias.
